
La práctica de las posturas de inversión genera una experiencia que cambia la relación del cuerpo con el espacio. Se estimula la propiocepción, equilibra el sistema nervioso central, estimula el sistema endocrino, etc.
Las asanas de inversión plantean un trabajo combinado entre los músculos de la espalda (profundos y semiprofundos), los del cuello y la cabeza (esplenioS, rectos, largo y oblicuos) que evitan caer hacia adelante, y los situados en la parte anterior del tronco (psoas menor, recto abdominal, oblicuos y transversos) que evitan caer hacia atrás.
Además;
- alivian el agotamiento, la ansiedad y la depresión.
- Generan conexión con el mula bhandha.
- Mejora el retorno venoso hacia el corazón y mejoran el drenaje linfático.
- Invierten la acción del diafragma, como consecuencia, notaras mucha facilidad para respirar.
Claves de la postura:
- Los codos se separan al ancho de los hombros.
- Mantén cruzados los dedos de las manos.
- Parte alta de la cabeza en el suelo.
- Aleja los hombros del suelo.
- Camina hacia la cabeza sin redondear la espalda.
- Eleva entonces las piernas activas a la vertical.
- Una vez arriba alarga la espalda y manten las piernas activas.
- Aleja, en todo momento, los hombros de las orejas.
- Alarga los costados y el abdomen.
- No proyectes las costillas bajas.
- Relaja el rostro.
- Respira con normalidad.