En primer lugar, hablamos del azúcar extrínseco, o sea, el que se ha añadido a un producto/alimento. Nos referimos mayormente al azúcar refinado que se obtiene a partir de los vegetales que lo contienen (como la remolacha o la caña de azúcar) mediante un proceso industrial de cocción a altas temperaturas y uso de productos químicos.
Son muchos los motivos por los que necesitas reducir su consumo:
El azúcar es la sustancia comestible más adictiva que existe, capaz de ofrecernos en pocos segundos un subidón de dopamina y serotonina (con una tremenda sensación de placer –recompensa). Esto hará que te “enganches” fácilmente.
Entiende el proceso: cada vez que tomas azúcar, tu cerebro activa el centro de placer/recompensa. Produces neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. Desarrollas procesos neuronales y emocionales que te enganchan al azúcar. De tal forma que, en momentos de ansiedad, tristeza tienes ganas de dulce.
Por otro lado, cada vez que consumes hidratos de carbono que generan un alto impacto insulinémico en tu organismo, entras en una montaña rusa de subidón de glucosa- subidón de insulina- bajón de glucosa- ganas volver a comer azúcar. Por lo tanto, repetimos este patrón varias veces a lo largo del día, con consecuencias durísimas para nuestro metabolismo, y también para nuestro sistema nervioso.
Las dietas altas en alimentos con grandes cantidades de azúcar son precursoras de la resistencia a la insulina y de la diabetes tipo 2. La resistencia a la insulina está asociada a la inflamación de bajo grado, a la obesidad y a mayor incidencia de enfermedades inflamatorias, metabólicas, autoinmunes, hormonales y neurodegenerativas.
Además, sabemos que el consumo frecuente de alimentos que contienen azúcares aumenta el riesgo de caries dental.
Por otro lado, el azúcar, para metabolizarse, necesita cantidad de nutrientes como la Vit B , magnesio, cromo, zinc. Esto lo transforma en un verdadero ladrón de nutrientes, uno de sus efectos más nefastos es el robo del calcio de los huesos.
Finalmente, los azúcares refinados dañan tu microbiota y salud intestinal.
El consumo de azúcares refinados genera disbiosis y aumenta la presencia de ciertas bacterias prejudiciales en el intestino.
Son muchas las razones para reducir el consumo de azúcar, pero recuerda, si queremos mejoras en la composición corporal, peso, salud integral…. Hablamos de cambios de hábitos de vida a nivel integral.
Reduce el azúcar… ¡sí, claro! Pero reduce también edulcorantes, reduce sobre todo PRODUCTOS PROCESADOS. Esta medida no te va a valer de mucho si no la acompañas de otras medidas como:
>>> Aumenta tu masa muscular
>>> Regula tus biorritmos y controla tu cortisol.
Recuerda que tu cuerpo, tu salud… es un todo. Para cuidarte necesitas: hacer ejercicio de forma coherente, tener una dieta balanceada y gestionar tus biorritmos y emociones.
¿Sabías que al hacer ejercicio liberas endorfinas, serotonina, dopamina? Al rato de hacer ejercicio aparece una sensación de placer. Puede llevar a que no necesites ese azúcar al llegar a casa. El ejercicio físico es un arma muy potente para todas las adicciones, para la adicción al azúcar también.