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Lo primero es no dañar la microbiota

Siempre hacemos una pregunta: ¿Qué puedo hacer para mejorar la microbiota?
Talvez lo primero sea: no dañarla.
Si cuidas de tus bacterias, ellas te van a cuidar, van a producir muchas sustancias importantes para tu salud: infinidad de proteínas, hormonas, citoquinas, neurotransmisores etc. Si no las cuidas, si tu microbiota se desequilibra, difícilmente estarás sana.

El 80% de tu inmunidad está en tu intestino, motivo más que suficiente para cuidar tu microbiota. Recuerda que un desequilibrio en tu microbiota produce una inflamación que el cerebro percibe como una alerta de peligro.  Esta inflamación de bajo grado constante hace que el sistema inmunológico esté preparado para reaccionar, de manera que “se fatiga”, pero no resuelve.

La pregunta del millón: ¿qué puede agredir la microbiota?

Lo primero: una mala alimentación basada en productos y en comida basura y rica en azúcares, harinas refinadas y grasas de mala calidad.

Cuando comes muchos productos ultraprocesados, pierdes la diversidad microbiana y será más fácil que proliferen las bacterias malas, lo que redundará en peor salud emocional, hormonal, más enfermedades autoinmunes, fatiga, dolores musculares y articulares…

La microbiota tiene otros enemigos como el estrés, alteraciones de los biorritmos, falta de un sueño reparador y el SEDENTARISMO. También el consumo excesivo de cierta medicación como antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos, o antiácidos e inhibidores de la bomba de protones. La exposición a tóxicos como el tabaco, alcohol y drogas afecta de manera negativa la microbiota. Y, talvez te sorprenda saberlo, los cambios bruscos de dieta pueden tener un efecto sobre el equilibrio microbiano.

Sabemos que las personas que practican deporte tienen unos marcadores de inflamación más bajos y mayor diversidad microbiana que las personas sedentarias.
Sabemos que el estrés aumenta la permeabilidad intestinal e incrementa los marcadores inflamatorios.
Por lo tanto, si cuidas tu alimentación, pero no haces ejercicio o estás bajo demasiado estrés, tu microbiota estará siempre a medio gas.

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