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La microbiota y la felicidad

Suena raro… pensar en intestino y felicidad. ¿verdad?
No lo es tanto. Recuerda como asociamos el estreñimiento al mal humor, la diarrea al nerviosismo.
Y es que nuestras bacterias fabrican más del 80% de los neurotransmisores del cerebro, como la SEROTONINA y la DOPAMINA, y los neurotransmisores modulan nuestras emociones.

La serotonina, que seguro te suena como la “hormona de la felicidad”, está asociada a la sensación de tranquilidad, calma, bienestar y relajación.

Más: los niveles de serotonina afectan al peristaltismo intestinal, es muy típico el déficit de serotonina en personas con estreñimiento o diarreas. Ya ves que esta modulación es bidireccional, o sea, la información y la actuación va en los dos sentidos: el cerebro afecta al intestino y el intestino afecta al cerebro, se llama el eje intestino-cerebro.
La serotonina va a aportarnos tranquilidad y buen humor. Su déficit puede generar impulsividad, irritabilidad, estreñimiento, dificultad para conciliar el sueño y ansiedad por el dulce.

Algunos alimentos que estimulan la producción de serotonina:
aguacate, semillas de sésamo, semillas de chía, avena integral, nueces, frutos rojos
Y EL EJERCICIO FISICO

La microbiota favorece, además, el metabolismo de la dopamina, un neurotransmisor asociado a la alegría, el aprendizaje y recompensa. 

Su déficit se asocia con falta de motivación, falta de ilusión y de energía y – ¡cómo no! – ansiedad por el dulce.

Algunos alimentos que estimulan la dopamina:
nueces, almendras, semillas de sésamo, pipas de girasol, semillas de calabaza, té verde, cacao, plátano, manzana
Y EL EJERCICIO FÍSICO

Si cuidas tu microbiota, ella te ayudará a producir las hormonas que mejoraran tus sensaciones, tu bienestar, vitalidad…en suma, tu salud emocional.

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