Es importante que entiendas el vínculo que existe entre tu GLUCOSA, tu SALUD y tu METABOLISMO.
Cada vez existen más patologías vinculadas a alteraciones del metabolismo: obesidad, patologías cardiovasculares, hormonales, neurodegenerativas, procesos tumorales, enfermedades inflamatorias, autoinmunes…todas estas patologías tienen vínculos con la resistencia a la insulina y todo lo que tiene que ver con un correcto desarrollo de tu metabolismo.
En este contexto, el control de tu glucosa en sangre tiene un papel central en el correcto funcionamiento de tu metabolismo. Pero hay otros factores que debes controlar más allá de la glucosa.
Empecemos por entender la fisiología:
LA GLUCOSA

La glucosa es esa molécula que se encuentra en los hidratos de carbono. Se, además, se trata de alimentos alto índice glucémico como en el pan, pasta, arroz blanco, bollería, azúcares. Al ingerirlos, rápidamente la glucosa pasa del intestino a la sangre elevando peligrosamente la glucemia. Para que nuestro organismo vuelva a su equilibrio y la glucosa se normalice, el páncreas produce insulina, que conducirá esa glucosa:
1. Al interior de las células musculares y al hígado
Esto sería lo ideal…pero, puede pasar esto otro:
2. La glucosa es conducida hacia el interior de los adipocitos (formando GRASA) y- cuando esto pasa- tenemos un problema, no apenas porque engordamos.
LA MASA MUSCULAR
Si abusas de los carbohidratos y además tienes poca masa muscular, con el tiempo, los receptores periféricos a la insulina van perdiendo sensibilidad, cada vez será necesaria mayor cantidad de insulina y la glucosa será conducida al interior de los adipocitos para generar la formación de triglicéridos. Con el tiempo, poco a poco, acumularemos cada vez más triglicéridos (más grasa) que finalmente nos conduce a una inflamación y alteraciones de nuestro perfil lipídico (colesterol, triglicéridos, hígado graso). Fíjate: todo ha empezado por esas alteraciones de glucosa en plasma, la mala gestión por parte de tu cuerpo de la glucosa porque el organismo ya no es capaz de normalizar los niveles de glucosa con poca insulina, todo esto ha ido generando un ciclo vicioso en el que vas perdiendo la sensibilidad a la insulina y vas ganando más grasa abdominal. Si además tienes poca MASA MUSCULAR por falta de ejercicio (de fuerza), oxidarás poco en reposo, no tienes tasa metabólica, no tienes flexibilidad metabólica y esto tendrá consecuencias muy negativas a nivel de tu salud y, por supuesto, de tu peso y composición corporal.
Esa inflamación crónica de bajo grado es denominador común de las patologías que hemos comentado, además está relacionada con dolor articular, muscular y genera fatiga.
Llegados a un extremo, la glucosa constantemente elevada debido a malos hábitos (que ya será un prediabetes o diabetes tipo2), va a generar depósitos a nivel de las estructuras proteicas. Esta glicosilación es un proceso patológico que genera más inflamación, mayor envejecimiento de estas estructuras proteicas (como las células neuronales, las arterias, la retina) y dificulta ciertas funciones renales.
Mejorar la sensibilidad a la insulina y la flexibilidad metabólica pasa por un cambio de hábitos de vida, que como siempre hablamos, pasa por el ejercicio físico, alimentación y regulación de biorritmos:
2. Reduce la ingesta de HARINAS REFINADAS, AZÚCAR Y PROCESADOS INDUSTRIALES … ¡controla tu glucosa!
Una herramienta que ayuda a bajar la glucosa es el AYUNO INTERMITENTE. ¡ojo! De forma coherente y controlada.
3. Regula tus BIORRITMOS y cuida tus emociones ….¡controla tu cortisol!
Como siempre decimos: cuida tu E.D.E.N. (Ejercicio. Dieta. Emociones. Naturalmente.)