Esta es una pregunta que debes hacerte, y más si haces ejercicio físico…y más si eres mujer con una edad.
Por detrás de un “yo ceno muy ligerito”, suele estar una cena consistente en fruta o (peor aún) cereales de los de la tele. Si le añades un “a mí, que no me quiten mi tostada al desayuno” o mis cereales “Special no sé qué”. Ya estás sumando dos de las comidas diarias pobres en PROTEÍNA.
Y ¿te acuerdas de lo que siempre decimos de la masa muscular? Si tienes una buena cantidad de masa muscular mejorarás tu tasa metabólica basal , estarás contribuyendo a mayor flexibilidad metabólica, reduciendo la inflamación crónica de bajo grado y la resistencia a la insulina. Estos factores no sólo hacen que engordes con facilidad, son el caldo de cultivo de enfermedades metabólicas, inflamatorias, neurodegenerativas, autoinmunes y otras.
En suma: tu masa muscular es tu mejor seguro de salud.
¡Y fíjate! La PROTEÍNA es el material que nuestro cuerpo necesita para construir masa muscular (después de someter la musculatura a una tensión suficiente para causarle microrroturas…o sea una ejercicio de FUERZA con una intensidad adecuada).
Las proteínas son indispensables para la formación o reparación de los músculos, huesos y otros tejidos como la piel.
En realidad, las proteínas dirigen casi todos los procesos vitales en nuestro organismo y permiten a las células mantener su integridad, defenderse de agentes externos, reparar daños, controlar y regular funciones.
Algunas proteínas funcionan como enzimas que facilitan las reacciones químicas del metabolismo celular. Otras funcionan como transportadoras que llevan oxígeno o nutrientes como lípidos, vitaminas y minerales. Ciertas hormonas son de naturaleza proteica como la insulina y el glucagón, que participan en el mantenimiento de los niveles óptimos de azúcar en sangre. Las proteínas también tienen una función reguladora, permitiendo la expresión de algunos genes o regulando la división celular. Otra de las funciones de las proteínas es la defensiva mediante la formación de anticuerpos frente a antígenos agresores.
